Otro capítulo de la gran estafa electoral Por Axel Kicillof *
El 29 de
septiembre de 2015, a un mes de la primera vuelta electoral, la radio y la
televisión se saturaron con un enfático y sonriente Mauricio Macri que
afirmaba: “En mi gobierno los trabajadores no van a pagar Impuesto a las
Ganancias. ¡Ese es mi compromiso!”. https://youtu.be/q7htwkzI9k0
Lo mismo
sucedió cuando el 17 de noviembre dijo “yo no voy a devaluar, es una mentira” https://youtu.be/qNVCGwSIfi8
Ahora
ya es oficial: una vez más, Macri miente, como mintió descaradamente en la
campaña.Macri no
eliminó el Impuesto a las Ganancias como había prometido. En realidad, hizo lo
contrario. Anunció que iba a modificar el mínimo no imponible que, según él y
los medios de comunicación oficialistas, Cristina no había modificado nunca.
Esta también es una mentira: desde 2006 a 2015 Cristina elevó ocho veces el
mínimo no imponible y tres veces eximió al medio aguinaldo. Y, como se verá, el
resultado de la modificación del mínimo no imponible de Macri es lamentable:
más asalariados terminarán pagando el impuesto.
Según
Macri, la modificación es muy generosa, ya que el mínimo no imponible pasó de
15.000 a 30.000 pesos. Esto es mentira. El mínimo no imponible efectivo no era
de 15.000 pesos. Esto se debe a que en 2013, además de fijarse el mínimo en
15.000 pesos se fijó también a 2013 como año base para el cálculo: los
asalariados que ganaban menos de 15.000 en ese año dejaron de pagar Impuesto a
las Ganancias de ahí en adelante. Tomando los aumentos promedio de 2014 y 2015,
el mínimo no imponible efectivo que dejó el gobierno de Cristina es hoy de
31.400 para los que trabajaban en 2013. De modo que al fijarlo en 30.000 pesos,
Macri acaba de ¡bajar el mínimo no imponible!
Según el
titular de la AFIP, 180 mil personas van a dejar de pagar el impuesto. Estos
son los que empezaron a trabajar después de 2013, lo cual desmiente además que
se haya dejado de crear empleo. Pero se olvidó de sumar a todos aquellos que
van a empezar a pagar porque su sueldo es más de 30.000, una cantidad que
estimamos en 380 mil trabajadores. Por eso, según nuestros cálculos, en total y
en términos netos, casi 200.000 trabajadores adicionales van a incluirse en el
impuesto. Si no hubiera mentido en su propaganda electoral, Macri debería haber
dicho: “En mi gobierno más trabajadores van a pagar Impuesto a las Ganancias”.
Para peor, todos estos cálculos no tienen en cuenta el resultado de la
paritaria en curso. A fin de año, todavía más trabajadores van a superar los
30.000 de Macri. Pero, ¿será sólo un error de cálculo (como el 40 por ciento
que se les ofreció y luego se les quitó a los docentes)?
Durante
los últimos años, el debate sobre este impuesto fue muy intenso. Nuestra
posición es que el Impuesto a las Ganancias o, mejor dicho, a los altos
ingresos, tiene una cualidad: es progresivo, es decir, pagan más los que más
ganan. En efecto, de los aproximadamente 11 millones de trabajadores en
relación de dependencia, sólo lo paga el 10 por ciento con salarios más altos.
Justamente por eso, es otra verdadera estafa sostener que un cambio en
Ganancias puede darse “a cambio” de reducir el porcentaje de aumento en las
paritarias. Una reducción del Impuesto a las Ganancias mejora los ingresos sólo
del 10 por ciento que más gana. Para el 90 por ciento de los trabajadores no
cambia absolutamente nada. El porcentaje de las paritarias no tiene nada que
ver con el Impuesto a las Ganancias para la gran mayoría de los trabajadores.
En los 12
años de kirchnerismo, el Impuesto a las Ganancias formó parte de un esquema de
crecimiento económico e inclusión social. Las mineras, las petroleras, los
grandes exportadores de grano pagaban impuestos específicos –las retenciones–.
En el caso de los alimentos, estas retenciones contribuían además a que los
precios internos fueran más baratos. Los subsidios a la luz, el gas y el
transporte reducían el costo de vida y constituían una parte importante de los
ingresos indirectos. Y la inclusión avanzaba también a través de la AUH, la
moratoria jubilatoria, el Ahora 12, el Progresar, el crédito barato para las
pymes, y tantas otras medidas. En ese marco se cobraba Impuesto a las Ganancias
al 10 por ciento de los trabajadores de mayores salarios.
¿Cómo se
justifica ahora el Impuesto a las Ganancias? En sólo 70 días, Macri implementó
una batería de medidas que saca recursos a los asalariados, a los jubilados, a
las clases medias, y los entrega a los que ya lo tienen todo. Con la
megadevaluación y la quita de retenciones y subsidios, los precios suben
mientras también aumentan las tarifas, el ABL, las multas, las prepagas, los
remedios, las cuotas de las escuelas privadas. Caen así los ingresos de los
trabajadores y de las clases medias, contrayendo el consumo y la demanda,
achicando el mercado interno. Esto afectará a su vez a la producción y al
empleo.
Pero no
todos pierden. La devaluación del 50 por ciento les aportó a las 10 principales
empresas agropecuarias más de 150.000 millones de pesos. A esto hay que sumar
la baja de retenciones, que aportó un beneficio adicional para las cerealeras
de cerca de 22.000 millones de pesos. A las mineras (10 firmas) se les
transfirió por la baja de retenciones 3.300 millones de pesos, a lo que hay que
agregar también el efecto de la devaluación sobre sus exportaciones. A Clarín
además de Nextel se le entregó la publicidad del Fútbol para Todos, mientras
los costos corren por cuenta del Estado. Y como si esto fuera poco, a los
fondos buitre (ahora llamados cariñosamente “holdouts” o simplemente
“acreedores”) se les prometieron 90.000 millones de pesos.
El modelo
económico de ajuste, apertura y endeudamiento no es la respuesta de Macri a una
“pesada herencia”. Es el mismo modelo que querían aplicar en 2003, en 2008, en
2010, es decir, en cualquier circunstancia. Y es el que efectivamente se aplicó
en 1976 y en los 90. El resultado fue siempre el mismo: la crisis económica y
exclusión social.
* Diputado
nacional. Ex ministro de Economía.
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